Y allí seguimos llegando,
infatigables como las olas del mar,
intensos como la sustancia misma del deseo.
A cada paso de la construcción del Jardín
somos nosotros los que nos constrimos.
¿Como podría alguien no curarse allí?
El Don de encontrarnos
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*El don de encontrarnos*
Sangre, ya no veré sangre.
Sin embargo todo en ella nos llama.
Todo lo que en ella late,
todo lo que en ella alienta,
nos requie...
Hace 10 años.
1 comentario:
Estimado Profesor Tosto,
Creame que celebro su concepto de "intentar discernir", pero seguramente concordará conmigo que una misma cosa no puede estar mal o bien según nuestra conveniencia. Las pasteras "contaminan" acá (y en la China)o "no contaminan", es decir que no es una cuestión de "discernimiento", sino de tomar una postura al respecto. Las pasteras no pueden estar bien cuando a usted le sirven para que pueda publicar sus libros, y mal cuando se trata de Botnia.Con mucho respeto le digo que no nos tiremos en contra de la evolución tecnológica del hombre de la que usted también saca rédito, sino confundiremos a la gente. Como usted bien dijo,"Amar significa respeto por las diferencias".Por lo tanto amemos y no seamos violentos con quien opina diferente a usted.
Gracias por brindar este espacio para que todos podamos intercambiar opiniones libremente, Saludos cordiales,
Gabriel.
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