5/27/2006

Curandero de mi mismo






CURANDERO DE MI MISMO


Sólo poseo aquello a lo que
verdaderamente me he entregado.




Y entonces, al promediar la marcha
busque la ciudadela fundada donde nace el arco iris.
Esa, próxima al río Pachitea, de las aguas color de tierra,
atravesada por ese otro río de vapores y murmullo constante,
que corre sobre la roca calcinada. Pelada.
Allí hice ayunos, cante y bebí de las plantas hasta saciar mi sed.
Allí me vi y me sentí parte de la gran danza de la vida.
Allí nade hasta llegar a la piedra debajo de la cascada.
Después regrese a mi gente y a mis cosas.
no sabía si soportaría el peso de la visión que llevaba conmigo.
Nadie puede saberlo.
La historia de cada humano es la de la especie
tal vez la tarea de algunos consista en redimir,
en dar sentido y razón a la de todos los demás.
Hace falta agradecer el conocimiento, festejar cada inspiración,
son tesoros, hallazgos del transcurrir, dones tal vez.
Al final regresaremos a los brazos de la gran madre.
Esa que todo lo forma, contiene y recibe una y otra vez.




El Visionario


Buenos Aires 8.- 03.- 06.


La vida es un tiempo difícil pero
es todo el tiempo que tenemos.


Acerca del sentido de la vida. Necesidad de acceder a la visión.
Lo humano deviene a la existencia en tanto conciencia de sí, como recorte, como separación de una totalidad de la que, sin embargo, forma parte. Lo complejo para él consiste, justamente, en enfrentarse con aquello que lo define, su conciencia de ser, de estar siendo. Eso le genera la necesidad de buscar y encontrar un sentido para su vida. Seguramente será también por esta situación que puede desarrollar con facilidad una tendencia a la nostalgia, al sentimiento de que todo da lo mismo o su contraparte, una respuesta reactiva que lo empuja a una huida hacia el futuro, hacia el optimismo y el positivismo basado en la creencia de “un plan maestro” un destino de grandeza que le esta destinado inexorablemente. No parecen ser buenos senderos por los que transitar en busca de conocimiento. Sucede que al entrever, antes, al sospechar lo efímero de su existencia, lo humano siente que se le disuelve el piso debajo de sus pies, que se borronean los contornos de los objetos y todo sentido tiende a diluirse. Algo de este aire expresa con inobjetable maestría la novela, Cita con Rama de Artur C. Clarke[1]. En su ante último párrafo refiriéndose a los sentimientos tormentosos que experimenta uno de sus personajes centrales, dice: - Cuando Norton diviso Rama por última vez, una pequeña estrella viajando velozmente más allá de Venus, supo que una parte de su vida terminaba para siempre. Tenía justo cincuenta y cinco años, pero sentía como si hubiese dejado su juventud allá abajo… entre misterios y maravillas que ahora se alejaban inexorablemente, fuera del alcance del hombre. Por más honores y sorpresas que el futuro le brindara, durante el resto de su existencia le perseguirían una sensación de anticlímax y el conocimiento de las oportunidades perdidas.
Norton es el comandante de la flota espacial terrícola que ha estado observando aproximarse al sistema solar una nave intergaláctica que llaman, Rama la ha explorado y al final, ante el temor de los gobernantes de que lo humano sea invadido, sometido y destruido le han ordenado destruir Rama, cosa que ni siquiera esta cerca de conseguir con sus más avanzadas bombas nucleares. Más allá de estas especulaciones, Rama se acerca al sol, lo rodea a una distancia que nada de lo humano resistiría y sigue su viaje. Klarke describe la tremenda huella que esta experiencia de, no ya él como sujeto sino toda la humanidad, no haber sido tenida en cuenta en absoluto, de no importar, deja en su personaje. Queda planteada la gran dificultad a la que se enfrenta el comandante Norton que necesitará encontrar un nuevo sentido a su existencia, cosa que el autor deja entrever, le será difícil, prácticamente imposible. Antes lo tenía, era el comandante de la flota espacial terrícola, encargada de defender la tierra, pero cuando una nave se presenta, no solo se revela que no hubiera podido hacerlo sino que y esto tal vez sea lo más tremendo, descubre que lo humano ni siquiera ha sido considerado por aquella civilización mucho más avanzada. La constatación de semejante distancia, esa visión ha obrado, no como dadora de sentido, sino como destructora del mismo.
Albert Camus en el comienzo de su trabajo, El Mito de Sísifo, que subtitula, ensayo sobre el absurdo, enuncia que: -No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. Juzgar que la vida vale o no vale la pena de que se la viva es responder a la pregunta fundamental de la filosofía. Las demás vienen a continuación… indica el camino que el ser humano necesita recorrer en el que le es imprescindible encontrar una respuesta no sólo para desarrollar y desplegar al máximo posible lo más humano en él, sino para lograr sostener la vida. Juzgar que vale la pena ser vivida es haber encontrando un sentido, una direccionalidad, un porqué avanzar soportando las penas, todas y cada una de las pequeñas o grandes derrotas cotidianas que la vida le va inflingiendo a lo humano. Esta necesidad aumenta cuanto mayor es la libertad, la autonomía de criterios que se tolera asumir y los límites que un sujeto se atreve a rebasar “desujetándose” de costumbres, rituales y creencias del grupo en el que se ha formado. Aquellos que no se contentan con las respuestas y los límites subjetivos que le han sido dados deberán hacer frente a un importante trabajo de búsqueda y revisión. Allí donde los otros intentarán “conformarse” con lo dado y cierto grado inevitable de ocultamiento y mala conciencia. Eso no los pone a salvo de tropezar con la falta de sentido, ni les evita angustiarse. Nadie esta a salvo de tener que sufrir aquello que no puede resolver.
¿Cómo se podría tener la certeza de un sentido predeterminado que no demande una negación de la razón, si lo humano es, esta siendo, una parte ínfima de un universo en fuga, en expansión y transformación permanente? El trabajo de lo humano consistirá entonces en enfrentarse con los aspectos visibles, para él, de ese universo con los que deberá lograr el armado de un sentido que le permita organizar su vida para llevarla adelante sabiendo que habita en un espacio tiempo inabarcable. El resultado de ésta ecuación definirá no sólo la configuración que tomara ese sujeto sino que marcará la duración, la calidad, así como las complejidades e intensidades de las que participará[2].
Seguramente a lo humano le resultaría mucho más sencillo no ser, no verse enfrentado a la necesidad de producir alguna construcción o armado de sentido del que aferrarse. Federico Nietzsche en, El Nacimiento de la Tragedia[3], hace referencia a una vieja leyenda griega: - …el rey Midas había intentado cazar en el bosque al sabio Sileno, acompañante de Dioniso, sin poder hacerlo. Cuando por fin cayó en sus manos, el rey pregunta qué es lo mejor y más preferible para el hombre. Rígido e inmóvil calla el demón[4]; hasta que, forzado por el rey acaba prorrumpiendo en estas palabras, en medio de una risa estridente: “Estirpe miserable de un día, hijos del azar y de la fatiga, ¿por qué me fuerzas a decirte lo que para ti sería muy ventajoso no oír? lo mejor de todo es totalmente inalcanzable para ti: no haber nacido, no ser, ser nada. Y lo mejor en segundo lugares para ti –es morir pronto.”
Si lo mejor, no ser, es imposible, lo segundo más fácil antes del suicidio que requiere de cierto armado, de cierta complejidad y la posibilidad siempre latente de fallar en el intento, será la brutalidad, la ignorancia, abrazarse a un mundo mágico, en el que sólo existe el bien y el mal, donde el mal será siempre lo diferente. El otro.
Podemos verlo la formación de un sujeto, de un individuo lanzado a la desesperada aventura de lograr la construcción de una estructura subjetiva que dé sentido a su existencia, que sea capaz de sostenerla, será siempre un trabajo complejo ya que necesitará enfrentar y resolver largas series de ecuaciones donde nada ni nadie puede asegurarle el éxito. A partir de allí el sujetando inicia un largo camino (que no es otra cosa que su vida) donde asechan todos y cada uno de los peligros imaginables. Ellos han sido exhaustivamente descriptos en los relatos mitológicos de los héroes. (Ver tema del pasaje del mito del héroe al del sabio)
Es de nuestro interés investigar los componentes indispensables para ayudar a conformar estructuras subjetivadoras capaces de permitir la mayor de las libertades. Se trata de una cierta capacidad “plástica”, de un dispositivo subjetivador capaz de amparar en él y permitir la configuración de sujetos a la cultura guiados por su propio impulso, por la fuerza y grado de salud de sus instintos, pulsión o deseo. Se trata de favorecer la existencia de sujetos capaces de asomarse a la visión del caos, de esas grandes mazas energéticas en movimiento, sin formas definidas ni límites mensurables sin desesperar, ni caer presos del horror, la angustia o cualquier tipo de enfermedad otorgadora de sentido por la razón elemental de tener que ocuparse de él, de ese pequeño recorte de la realidad que es él, ante la amenaza cierta de su existencia. Sujetos capaces de vadear los abismos de la locura y el suicidio sin precipitarse en ellos. Es decir sujetos que puedan sostenerse en su deseo en un espacio en el que no hay piso, techo ni paredes, sólo esa energía de la que forman parte[5]. La vida.
Nietzsche da su interpretación de aquello que hicieron los griegos con aquél relato popular que vaciaba de sentido sus vidas al mismo tiempo que los enfrentaba con la visión de ser en un universo en el que ellos eran, apenas, un error: - El griego conoció y sintió los horrores y espantos de la existencia: para poder vivir tuvo que colocar delante de ellos las resplandecientes criaturas oníricas de los Olímpicos. Un poco más adelante agrega: - Aquél pueblo tan excitable en sus sentimientos, tan impetuoso en sus deseos, tan excepcionalmente capacitado para el sufrimiento, ¿de qué otro modo habría podido soportar la existencia, si en sus dioses ésta no se le hubiera mostrado circundada de una aureola superior? … podría decirse que ellos invirtieron la sabiduría del Sileno, “lo peor de todo es para ellos el morir pronto, y lo peor en segundo lugar el llegar a morir alguna vez”. Se ve, ante la falta de un sentido único, lo humano debe buscar y tomar uno, necesita comprenderse en esa situación de ser parte de lo efímero de la eternidad. Soportarlo. En su rescate han ido desde tiempos inmemoriales toda creencia en la existencia de un orden, de un plan organizado por un ser todopoderoso y omnipresente dador de un sentido último. “Consistente”. Un creador que puede tomar diferentes formas pero que esta allí, al alcance de la mano para clausurar el abismo del absurdo que amenaza a lo humano con tragarlo o disolverlo en una implosión del vacío de sentido que genera la angustia.
Nuestro sujeto, nuestra criatura, apoyada en la mayor de las libertades posibles le diría al Sileno que lo peor para él consiste en no poder enfrentar la pregunta de si la vida vale o no la pena ser vivida. En segundo lugar, lo peor será par él, no encontrar o no poder construir una respuesta que, soportando la visión y la vivencia de una existencia sin formas precisas se base en el despliegue de aquellas capacidades más propias, elevadas y nobles que la vida adquiere en él. En tercer lugar lo peor será, a partir de allí, no atreverse a ser hasta la última de las consecuencias ese que en las visiones más profundas se ha deseado o soñado ser. Frente a semejantes cuestiones, la muerte, esa inexorabilidad que no es en absoluto un tema menor, pero que solo lo es para lo humano, palidece ya que no encontramos que exista mayor tragedia y dolor que la de vivir la vida sin amor y sin pasión.
Se ve, los problemas de lo humano se encuentran en la vida, consisten en todo aquello que debe enfrentar y resolver para darle un sentido que le permita llevarla adelante por el espacio tiempo. En ese transcurrir, la muerte sólo parece ser uno de los tantos momentos que debe afrontar ya que después, al entrar en ella y disolverse en el gran caldo de la existencia, al no ser, tampoco será su deseo, no existiendo en consecuencia la posibilidad de conflicto o sufrimiento alguno. Podemos concluir entonces, al menos por el momento que, la necesidad de buscar y encontrar un sentido para su vida constituye el gran desafío que lo humano debe enfrentar y que todos nuestros esfuerzos están enfocados a superar esa gran prueba y construir mapas, posibles caminos que ayuden a los otros a ir al encuentro de sus propias respuestas.
Que así sea.

Observación: Hay más material que seguiré subiendo. Por supuesto podremos debatir sobre cualquier aspecto de lo aquí expuesto. Este material puede ser utilizado mencionando la fuente.
Buenos Aires 29 / 05 / 06.
Enrique.

[1] Artur C. Clarke. Cita con Rama. Ultramar Editores. Primera Edición junio de 1975. Pág. 248
[2] También se juega aquí el grado de salud o enfermedad y, en caso de enfermar el estilo, forma y desarrollo de esa enfermedad
[3] Federico Nietzsche. El Nacimiento de la Tragedia. Alianza Editorial, Pág. 52
[4] Entre los griegos clásicos se trata e un ser intermedio entre lo divino y lo mortal. Nota del traductor en la obra citada.
[5] La película Matrix, principalmente la primera de sus tres partes, despliega con gran efectividad este concepto.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La soga de los muertos. El conocer desconocido de la Ayahuasca

El director del Museo de Arte del Centro Cultural de San Marcos tiene el agrado de invitarlo a la presentación del libro "La soga de los muertos. El conocer desconocido de la Ayahuasca que se llevará a cabo el miércoles 28 de junio a las 7:30 pm en las instalaciones del Centro Cultural.

Esta publicación es el registro de la exposición múltiple Amazonía al descubierto. Dueños, costumbres y visiones realizada por el MACCSM entre octubre y diciembre de 2005 bajo las miradas curatoriales tanto de artistas como de investigadores. La presentación estará a cargo de Christian Bendayán (artista y editor), Belén Soria (Historiadora), Eduardo Gastelumendi (psiquiatra y psicoanalista), Armando Williams (Director del Museo de Arte de CCSM) y contará con la presencia de los músicos aguarunas de la Asociación Nampag.


Editado por Bendayán, el libro se organiza a manera de una sesión de ayahuasca: ingesta, sesión y final del viaje. Además, incluye una "Iluminación" de Luis González-Polar, y un primer acercamiento a la historia del arte de inspiración amazónica por Gino Ceccarelli. Recoge también las imágenes de todas las obras que conformaron esta muestra. La fotografías estuvieron a cargo del editor y de Daniel Giannoni.

Como se recuerda, entre el 20 de octubre y el 15 de diciembre del año 2005, el MACCSM presentó Amazonía al descubierto. Dueños, costumbres y visiones, exposición que brindó al público un nuevo acercamiento a la amazonía: mitos, leyendas, divinidades y saberes plasmados en diversas técnicas y formatos. Esta exposición reunió a artistas de comunidades nativas, artistas urbanos de Lima y de ciudades de la selva en siete muestras.

Una de ellas fue La soga de los muertos. El conocer desconocido de la Ayahuasca, curada por Christian Bendayán, en la que los misteriosos lazos de esta planta mágico medicinal actuaron como eje articulador, no sólo entre las obras seleccionadas sino a lo largo y ancho de las estupendas salas de exposición del CCSM puestas al servicio del arte amazónico.

La soga de los muertos hermana lo erudito y lo popular en iguales condiciones y sienta bases para la investigación del arte de la amazonía.

Fecha y hora: miércoles 28 de junio, 7:30 p.m.
Lugar: Parque Universitario, Nicolás de Piérola 1222 - Centro Histórico de Lima.
Hay varias playas de estacionamiento disponibles en el colindante jirón Azángaro
Para mayor información comunicarse al teléfono: 619-7000, anexo 5204 o al siguiente correo electrónico: museoarte.ccsm@unmsm.edu.pe

Anónimo dijo...

Murrayabo Tsintikash Rao Jiwiki Bewakani
TRADICION, REFLEXION Y ENCUENTRO CON LA NATURALEZA
EVENTO POR LA CURACION DE LAS PLANTAS MAESTRAS
Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha empleado y reconoce el valor de las plantas medicinales no solo como fuente curativa sino como fuente de inspiración. El hombre, guiado por su sabiduría infinita, ha descubierto e interrelacionado la existencia de las plantas maestras con la vida misma, ya que empleadas adecuadamente, fecundan sabios conocimientos mediante revelaciones, sueños, visiones, imágenes, percepciones e intuiciones.
Los Shipibo Konibo, efectuaban este ritual ceremonial denominado “Murrayabo Tsinkitash Rajiwiki Bewakani".
Este año, del 16 de Agosto al 20 de Agosto, se llevara a cabo en el Centro Shobo Ani, nuestra casa en Yarinacocha, una ceremonia ritual por la paz de las plantas maestras.
Estaremos muy felices de verlos alli para que participen con nosotros en este importante ritual.

LLEGADA.
El 16 de agosto, usted puede viajar a la ciudad de Pucallpa. Si lo hace por vía aérea, será recibido por una comisión especial en el Aeropuerto Internacional de Pucallpa “David Armando Abensur Rengifo” para luego ser trasladado e installado en nuestro Centro a 5 km. De Pucallpa o en el hospedaje aledaño. El transporte estará a cargo de la mencionada comisión. De igual manera si usted arriba a la ciudad por vía terrestre, una comisión especial lo recibirá mediante el mismo procedimiento.
Para evitar percances o imprevistos desagradables, le agradeceremos nos comuniquen, su fecha de llegada y medio de llegada,( línea aérea o terrestre) y número de visitantes..
Agosto 16 Recepción de los participantes en el aeropuerto o de la agencia terrestre, traslado e instalación en establecimiento de hospedaje del Centro Shobo Ani de-Pucallpa.
Agosto 17 - 6:00 a 8:30 a.m. Antes de la salida del sol, ritual de purificación con las plantas aromáticas, dirigido por los maestros de la Asociación de Merrayas.
• Danza ritual a la ayahuasca; conjunto coral y musical de la Asociación.
• Agradecimiento y homenaje a las plantas maestras; dirigido por el sabio mayor,Muralla Bita.
• Ikaros shipibo a las plantas maestras; conjunto coral y musical de la Asociación.
• Poesía en Shipibo a las plantas maestras, por un miembro de la Asociación.
• Canto a la planta maestra “toé kanachiary” por una curandera Shipiba, de nuestra Asociación.
• Bendición a los participantes con la entrega de las indumentarias para el ritual ceremonial e integración a los círculos rituales dirigidos por los maestros.
11:00 a.m. a 12:3 0 m.
Se armarán grupos para la preparatoria y entrenamiento, se iniciará los rituales ceremoniales, previa al día central dando inicio a la ceremonia por la paz de las plantas maestras, según la tradición del chamanismo Shipibo-Konibo. Ritual del Agua, Purificación, Tristeza, Canto y Danza.
3:00 a 5:30 p.m.
Seguimos con los rituales, para equilibrar nuestras energías y transmitir nuestra armonía a las plantas maestras.
6.00 p.m. -Cena
Agosto 18
8: 30 a 9:30 a.m.- Desayuno ecológico
10: 00 a 12:30 m.
Inicio de los rituales ceremoniales del Fuego, Energía, Fuerza y Viento, de acuerdo a la tradición Shipibo-Konibo, con todos los participantes.
3:00 a 5:00 p.m.
Seguimos con los rituales ceremoniales en danzas y cantos bajo la dirección de los maestros mayores, en estricto cumplimiento del ritual tradicional.
5:00 p.m.
Descanso
8:30 a 3 p.m.
Ritual de permiso, durante la ceremonia con ayahuasca, para equilibrar y armonizar la mente, espíritu y cuerpo de los participantes, dirigido por los maestros murrayas de la Asociación.
Agosto 19
8:00 a.m.- Desayuno
9:00 a.m. 10:00 a.m.
Inicio del ritual a la Alegría, Silencio, Paz, Paciencia, Amor, Solidaridad, dirigido por los maestros de la Asociación de acuerdo a la tradición chamanica.
10:00 a 12:30 m.
Los grupos participantes tejerán, bordaran y pintarán para retribuir a las plantas maestras.
El conjunto coral los acompañara, a través de las canciones por la paz y por la curación de las plantas maestras.
3:00 a 5:30 p.m.
Expo eco-pinturas en homenaje y por la curación de las plantas maestras.
Expo eco-artesanías en homenaje y por la curación de las plantas maestras.
8:00 a 11:00 p.m.
Ritual del Fuego para la purificación
Agosto 20
Dia Central del Ritual
6:00 a 8:30 a.m.
Antes que salga el sol, se pintará con huito y achiote el rostro de los participantes de la ceremonia ritual, en señal de aceptación de los espíritus de las plantas maestras para que participen en este día sagrado.
8: 30 a 9:30 a.m.- Desayuno
RITUAL POR LA PAZ Y CURACION
Día Sagrado”, durante el día, siguiendo la tradición chamanico shipibo se llevará a cabo el rituaa las plantas maestras. Cantando las canciones y danzando.
3:00 a 5:30 p.m.
Preparación de los participantes para la ceremonia ritual, con plantas energizantes.
Desde el día 17 de agosto estaremos en diferentes rituales, de acuerdo a la selección de cada maestro y el rol que debemos cumplir con las plantas maestras.
8:30 p.m.
Ceremonia central con ayahuasca.
Al cierre de nuestros días de ceremonia ritual, se transportará a los participantes a los terminales desde donde partirán. Quienes deseen quedarse días adicionales, podrán hacerlo coordinando con nuestro Centro.

CHONON RAWA - Onanya
Shipibo-Konibo - Fundador Shobo Ani.
onanya06@yahoo.es

Anónimo dijo...

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS BÁSICOS: Medicina Tradicional
por Raúl Tortolero.
Éstas son las ideas fundamentales que nos gustaría mucho dejar bien asentadas. Son un conjunto de principios y valores que aquí reunimos como una síntesis del pensamiento de mi maestra Petra Cruz (+), como de otros médicos tradicionales que suscriben nuestros fundamentos. Sirva esto además como un homenaje a mi maestra, a mi madrina,y a todos los médicos tradicionales abiertos, de buen corazón, que aman la tierra y la vida y sus vidas son ejemplos a seguir.
La Medicina Tradicional es para todos los seres humanos sin distinción y sin discriminación, un camino de vida, alegría de estar vivos, sanación integral, prevención de trastornos, Revolución Espiritual, reconciliación con el todo, resistencia cultural ante la explotación humana, modelo alternativo de organización, e integración de todos en la armonía de sus diferencias.

*Camino de vida. Creemos en la Medicina Tradicional como un camino de vida, no sólo como una forma de sanar o ser sanado.

*Creemos en la Medicina Tradicional como alegría.

*Creemos que la Medicina Tradicional es para todos los seres humanos del planeta, sin distinción de razas, cultura, estatus socioeconómico, orientación religiosa y sexual o cualquier otra diferencia.

* Creemos en la Medicina Tradicional como un legado ancestral de todos los pueblos originarios del mundo, no como propiedad o monopolio de una raza en especial o de algunas de ellas. Es un patrimonio de la humanidad y como tal cualquiera puede reclamarlo como suyo.

*Creemos en la Medicina Tradicional como una forma de vivir la vida y el mundo, como una estructura de pensamiento y de sentimiento, como una organización de los pensamientos y las emociones.

*Creemos en la Medicina Tradicional como el jugo de la alegría que cura.

*Creemos en la Medicina Tradicional como la reconciliación entre hombre y Dios, entre hombre y mujer, entre familias, entre hombre y naturaleza, entre adultos y niños, entre viejos y jóvenes, entre pueblos y gobiernos, entre ricos y pobres, entre enfermos y sanos, entre todas las razas, entre todas las orientaciones sexuales, entre todas las religiones y creencias, entre todo el universo. La Medicina Tradicional nos enseña la reconciliación como un precioso valor de unidad, equilibrio, salud y bienestar.

*Creemos en la Medicina Tradicional como prevención de trastornos, de problemas de salud, y de todo orden, sea emocional, psicológico, físico, espiritual, cultural, racial, social, económico, sexual.

*Creemos en la Medicina Tradicional como una sabiduría ancestral, milenaria, totalmente inscrita en el ámbito de la libertad de religión y de cultos. En este sentido, está protegida por las leyes en los primeros artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Asimismo, el eventual empleo de la herbolaria mexicana, o de alimentos lícitos como frutas, verduras, granos, o de técnicas de respiración, de descanso, de activación, como de ceremonias y rituales, se desarrollan siempre en el marco de la legalidad. *Todos pueden acceder a la Medicina Tradicional y beneficiarse de ella, en su sabiduría de vida, en su alegría, en su prevención de malestares, en sus consejos espirituales y de conducta, en su comprensión del mundo.

*Todos pueden en principio llegar a ser médicos tradicionales, siempre y cuando reciban las enseñanzas de otros médicos tradicionales, sin importar de qué origen racial, geográfico, cultural, socioeconómico sean. Así, veremos cada vez más médicos tradicionales mestizos, con más o menos rasgos indígenas, negros, blancos u orientales, como veremos médicos tradicionales de todos los rincones del país, y del mundo, sean asiáticos, americanos, europeos, africanos, o australianos.

*Nadie tiene el derecho de excluir de la sabiduría y práctica de la Medicina Tradicional a nadie debido a su color, religión, orientación sexual, clase social, o cualquier otra diferencia.

*Nadie con un criterio académico, alópata, científico, o cualquier otro externo a la comprensión misma del corazón de la Medicina Tradicional tiene el derecho de determinar quién es o no es un Médico Tradicional, quiénes pueden o no acceder a su sabiduría, ni pueden tampoco otorgar títulos oficiales de medicina tradicional. El fondo de la medicina tradicional no está en cursos, diplomados o talleres sobre saberes particulares. Los cursos de herbolaria, de masaje, de temazcal son muy válidos, pero no te hacen médico tradicional sólo con eso. Nadie puede hacerse médico tradicional en unas semanas, o meses. Es un camino de vida, una forma de vida. Y nunca termina.

*Sólo un médico tradicional puede determinar quiénes serán sus aprendices y llegarán a ser médicos tradicionales también. La validación de un médico tradicional sólo corresponde a su maestro médico tradicional. Por respeto a las tradiciones y costumbres, esto no le corresponde determinarlo a ninguna autoridad académica, gubernamental, institucional, del sector salud, o de cualquier otro tipo.

*Ser un médico tradicional NO tiene nada que ver, no está determinado por el lugar donde resides (no tienes que ser de la sierra o del campo o de un rancho), por el color de tu piel (no tienes que ser indígena, ni negro, ni chino, ni de ningún color en especial, puedes ser, como la mayoría, mestizo), por tu clase social (no tienes que ser de clase popular o tener dinero), no tienes que contar con muchos o pocos o nulos estudios escolares formales (puedes haber ido a la universidad y tener posgrados), no tienes que vivir en un mismo lugar toda la vida (puedes viajar todo lo que quieras y residir en el extranjero), y no necesariamente tienes que estar integrado a una comunidad (si no has vivido muchos años en el mismo poblado, rancho, comunidad, o colonia, porque has emigrado o porque viajas mucho, no importa), no tienes que vestir de una forma u otra (no tienes que usar atuendo huichol si no eres huichol, o si sí lo eres y no quieres usar ese vestuario, no importa, es tu decisión; no tienes que usar ninguna ropa en lo particular porque el hábito –así sea que está lleno de simbolismos trascendentes-, no hace al monje).

*Todo esto lo aclaramos porque hay algunas tendencias duras y cerradas de algunos investigadores, que quieren seguir entendiendo a los médicos tradicionales como algo rupestre, primitivo, analfabeta, teniendo una idea bastante retrógrada de cómo está evolucionando la medicina tradicional. De otra forma, quedarían cada vez menos médicos tradicionales en el mundo –hasta desaparecer totalmente- porque cada vez la gente vive más en las ciudades que en el campo, cada vez estudia más, y cada vez viaja más. La Medicina Tradicional se lleva en el corazón, y en nada más.

*NO se puede pedir, como intentan algunas corrientes antropológicas y académicas en general, que un médico tradicional, para serlo, tiene que vivir en una comunidad apartada, no viajar, no salir de su lugar, y ser siempre rural. Bajo esa definición absurda, la medicina tradicional desaparecería bien pronto. Los aprendices de estos grandes médicos tradicionales de comunidades rurales, indígenas o no, mestizos, mulatos y aún extranjeros, son gente que ya viaja, que ha emigrado, (muchas veces a Estados Unidos o a ciudades grandes mexicanas), que no siempre viste con el atuendo tradicional, y que se ve obligado a buscar su supervivencia ante la pobreza, como sea.

NO se les puede pedir que se queden en donde no hay forma digna de subsistir, y no se les puede PROHIBIR (sería anticonstitucional, cuidado) que se conviertan en médicos tradicionales porque no se ajustan a las definiciones académicas “que intentan sistematizar” los conocimientos de la medicina tradicional desde ángulos u ópticas bastante externas, lejanas a lo que es en realidad la medicina tradicional. Y sobre todo, sin jamás siquiera tomar la opinión de los PROPIOS médicos tradicionales al respecto. Serían los primeros que no estarían de acuerdo, ya que muchos de sus hijos, nietos, ahijados o aprendices, NO viven en el campo, han emigrado y no cumplen con esas exigencias de modelo académico sin sustento en la realidad social del país.

*Creemos en la Medicina Tradicional como la Revolución Espiritual que es posible lograr al generar un estado de conciencia, de ánimo colectivo, a través de la sanación de las costumbres, de los pensamientos, de las emociones, y del reconocimiento de la fiesta que es estar vivos y unidos.

*Aceptamos como sinónimo de médico tradicional la palabra “chamán” o “shamán” ya que significa lo mismo en lengua tungusa, de donde proviene el vocablo. Asimismo es correcto el uso de la acepción “hombre o mujer que sabe, de conocimiento, de poder”, porque en lenguas indígenas mexicanas, eso es lo que significa. Pero rechazamos como sinónimo la palabra “brujo o bruja”, por tener una connotación de malignidad, de provocar daños, enfermedades y la muerte. El médico tradicional es también equivalente a “mago”, que usa magia blanca, no negra, para sanar, ayudar a los demás, descifrar el significado de sucesos, enfermedades, etc.

*Estamos contra toda violencia. El camino espiritual no es violento.

*Las opciones políticas, sociales, religiosas, sexuales, laborales, son decisiones personales.

Anónimo dijo...

EL ICARO, MELODIA DEL CURANDERO.

Acerca del icaro o canto chamánico
Rosa Giove-medico-cirujano.
En la selva del Perú se denomina "icaro" al canto o melodía que utilizan los curanderos durante los trabajos rituales que realizan.

Sin traducción literal en idioma castellano, quechua u otra lengua de la zona, su significado en el plano operativo es mucho más profundo a importante: el canto chamánico es el arma curativa, la sabiduría y el vehículo de la energía personal del curandero, el símbolo de su poder.

La acción de "icarar" implica "cargar" con el poder del chamán un objeto o pócima, confiriéndole alguna propiedad específica para ser transmitida al receptor, ya sea limpieza, protección, curación, daño o para influir sobre su voluntad. El icaro se utiliza para penetrar la energia del sujero receptor para curar. Esto se hace cantando el icaro directamente sobre el objeto 0 sustancia transmisor.

El "icaro" es parte fundamental del quehacer curanderil de la Amazonía. Resume el conocimiento del chamán, constituyendo su patrimonio curativo, su arma de trabajo y la herencia que deja al aprendiz. Siendo vehículo de su energía, su eficiencia depende en gran medida de la preparación del curandero mediante dietas, ingestión de purgas, régimen de vida a integración de la sabiduría ancestral. Un maestro no transmite a su aprendiz "técnicas" ni instrucción formal sino que le acompaña y guía para que capte el conocimiento que le está predestinado. Como parte de esta enseñanza va cediendo "sus" icaros.

Cada chamán es dueño de sus icaros, ya que cada planta se los confiere, como es dueño de su experiencia y sabiduría, por haberlos recibido a su vez de su maestro o directamente de la naturaleza. Es común que los curanderos manifiesten que las cosas que saben, incluídos los icaros, han sido aprendidos en sueños, en visiones o que les han sido dados por las plantas. Cuentan que en estos estados de conciencia inducidos por brebajes de "plantas maestras" han captado la melodía, sin mediar voluntad ni raciocinio, sintiendo que se impone por sí misma y muchas veces en idioma desconocido. En el momento de la curación, generalmente, surge en igual forma.

Enviado por Sanken Wesna del pueblo Shipibo-Konibo. Perú.

Anónimo dijo...

Considero necesario difundir este artículo que salió en "El Comercio", cotidiano de Lima-Perú.
Es bueno rendirle este homenaje a un esforzado amigo, especialmente si el interesado no sabe que uno lo está haciendo.
El día mismo que apareció este artículo, Pedro fue atropellado. Ahora, felizmente esta repuesto.

Paola Pomposini.Curadora.Muestra NÖN ASHË. Museo de Arte Folklórico José Hernandez, Buenos Aires.
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Diario "el Comercio", Lima, 20 de Julio del 2006



ESFUERZOS. En el último piso de un edificio de la avenida Wilson un hombre del pueblo shipibo-conibo cuida a noventa muchachos que han llegado de pueblos muy pobres para estudiar en Lima. Pedro Tangoa es un chamán dedicado a promover a su gente. Y lo está logrando

Es una sensación curiosa: desde los altos de la avenida Wilson, Lima parece menos fiera, menos caótica. La terraza es como una meseta enclavada entre montañas de cemento triste, empolvado por el tufo cenizo de los carros. La anarquía de abajo se diluye en sonidos opacos a esta altura, siete pisos encima de la realidad. El maestro chamán Pedro Tangoa domina desde aquí a una ciudad que un día, hace mucho tiempo, quiso devorarlo. "Yo dormía en las calles. A veces me moría de hambre y entonces buscaba trabajo de lo que fuera, solo para que me dieran algo de comer", recuerda ahora, recostado sobre un muro de cemento descascarado, en un patio de pisos también descascarados que da la sensación de estar en la azotea de una urbe devastada, el último refugio de un sobreviviente.

Tangoa es un hombre de mediana edad, 37 años, del pueblo shipibo-conibo. Su relato personal dice que nació en Nueva Betania, una comunidad nativa de Pucallpa. También dice que ha sabido torcer el cuello a las adversidades: cuando debió estudiar en un colegio de la capital de Ucayali, supo soportar las bromas de sus compañeros que lo veían llegar sin zapatos a clases; cuando llegó a Lima, para salir de pobre, pudo inventarse trabajos eventuales para no morirse de hambre; cuando empezó a estudiar una carrera, tuvo la suficiente fuerza de voluntad para resistir las burlas a su mote. "Me decían charapa, pero yo les decía que era un shipibo con ganas de aprender", comenta.

El hombre tenía una hermana que había llegado a Lima y trabajaba en casa de una familia alemana. Allí lo recibieron para que no siguiera en la calle. Lo ayudaron a estudiar algunas carreras técnicas en Lima, mientras él se fortalecía por dentro. "Me metí a un curso de liderazgo. A los tres meses, me decía a mí mismo: soy el capitán del mundo, ahora sí puedo comenzar mi revolución para mis hermanos, ahora sí puedo hablar bien".

Algún tiempo después, esa familia alemana lo ayudó a contactarse con una organización que le dio una beca para estudiar en Londres. Tuvo que rajarse estudiando, más que sus compañeros, porque la beca dependía de sus notas. Llevaba la carrera de economía. "Había gente que se iba de paseo o de fiesta, pero yo me quedaba en mi cuarto. Al final, la recompensa era mucho mayor", recuerda. Al regresar a Lima, Tangoa era un hombre con formación profesional y capaz de defenderse con el inglés. "También sé algo de italiano y francés", asegura. Eso además del castellano y su lengua nativa.

POR LOS HERMANOS

Tenía la inquietud de trabajar por su pueblo y se metió a organizaciones que trabajaban en favor de las comunidades nativas--actualmente preside la llamada Central de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía--. Una de las iniciativas, surgida hace seis años en un congreso de mujeres indígenas, fue establecer un refugio para los jóvenes de su comunidad que querían tener una oportunidad en la capital. Entonces se lanzó una convocatoria para seleccionar un grupo. En los primeros tiempos, el albergue estuvo en un local de la plaza Unión, una temible zona del Centro de Lima. Luego tuvieron que mudarse una y otra vez. "Los dueños se quejaban de que tuviéramos a tantos muchachos, pero qué se puede hacer, si necesitábamos apoyar a todos", dice el hombre.

Hace cuatro años, Tangoa y su hermana --quien le ayuda a manejar el albergue--,lograron contactarse con el administrador de un viejo edificio de la avenida Wilson, un coloso que había perdido mucho de su lujo original. El encargado les dijo que tenía disponible el séptimo piso. Se los ofrecía en alquiler por un monto razonable. El espacio estaba lleno de trastos viejos y polvo, pero servía. Tuvieron que limpiar todos los rincones, hasta dejarlo habitable. Allí se estableció la casa, que actualmente acoge a cuarenta chicas y cincuenta muchachos. Todos con la idea de que, de otro modo, no hubieran podido estudiar. Vienen de hogares humildes, de pueblos humildes con ganas de cambiar su realidad.

El refugio es una pequeña comunidad en las alturas. Hay que subir por una estrecha escalera que reemplaza a los ascensores dormidos años atrás. La entrada está protegida por una reja que es abierta y cerrada a horas estrictas, porque Pedro Tangoa sabe que el mandamiento principal para que todo funcione es la disciplina. "De aquí solo salen para sus clases. Salvo que tengan un permiso por escrito de sus padres que los autorice para otras cosas. Los fines de semana tienen libertad para salir, pero siempre que regresen a la hora indicada", explica. El régimen también incluye un horario para las tareas de limpieza y cocina, bien sea a manos de los chicos o las chicas.

En el interior, la comunidad está dividida por pabellones con el mismo rigor: hay tres ambientes medianos dispuestos como dormitorios de los varones y dos ambientes grandes para las mujeres. Son espacios amplios en los que se aprietan veinte camas, algunas mesas de noche, uno que otro ropero o cómoda. Dionisio Márquez, un joven shipibo de 21 años, cuenta que la convivencia es apacible. Uno se acostumbra a la estrechez. "Aquí compartimos entre shipibos y asháninkas, no hay ningún problema, todos queremos progresar", comenta.

Como sus compañeros, Dionisio camina a diario, ida y vuelta, los siete kilómetros que separan el albergue del instituto donde estudia administración de negocios. Todos dependen de sus familias y no pueden darse el lujo de gastar en pasajes. Pero no hay quejas; les basta la oportunidad.

Hacia el otro extremo del piso, tras largos pasadizos y ambientes pelados de mobiliario, está el pabellón más reciente de los tres, abierto hace apenas mes y medio para jóvenes de Huancavelica. Irvin Meza, de 18 años, ha llegado para estudiar administración, una carrera popular entre los muchachos. "En mi tierra vivo con mi madre y una hermana. No tenemos muchas posibilidades de salir, por eso quiero aprovechar esto al máximo", cuenta en medio de sus compañeros, tan jóvenes, entusiastas y decididos como él. Cuando termine su carrera, quiere regresar a su pueblo para poner un negocio. "Todavía no sé de qué, pero tengo un tiempo para pensar", comenta. Su paisana Danitza Quispe hará lo mismo cuando termine la carrera de Contabilidad.

HOMBRES QUE CURAN

Estos jóvenes no tienen mayor idea de que Pedro Tangoa es nieto de un merraya o gran hombre sabio llamado Nete Meni. De él heredó ciertas capacidades para el chamanismo, que empezó a desarrollar desde los ocho años. Ahora participa en el llamado Centro de Conservación e Investigación Shobo Ani, dedicado a rescatar la tradición chamánica del pueblo shipibo-conibo en Pucallpa. "Hay mucho charlatán que estafa a la gente. Nosotros revalorizamos lo verdadero del saber chamánico. Tenemos una escuela donde viejos maestros enseñan a quienes se interesen en aprender", comenta.

El centro realiza actividades de rescate y promoción de esa cultura. Una de las más próximas es el Ritual ceremonial por la curación de las plantas maestras, una reunión que no se realizaba desde hace sesenta años. "Es una forma de curar a la Tierra por todo el daño que le causa el ser humano, con la deforestación y la contaminación", explica Tangoa. Es su cruzada paralela para llevar bienestar a su gente. La planta le ha dicho que es el momento. El refugio en que él ha crecido requiere su mayor esfuerzo.

David Hidalgo Vega, diario "EL Comercio", Lima-Perú.