11/14/2005

El ayuno como dispositivo de Aprendizaje


Desde tiempos inmemoriales el ser humano a buscado en el ayuno una forma de curar sus enfermedades al mismo tiempo que una vía hacia un mayor conocimiento de sí, de sus afectaciones sociales y de su relación con la totalidad de la que forma parte.

Trabajamos en este texto diferentes situaciones de aprendizaje, se trata de estructuras por medio de las cuales podemos ampliar nuestro conocimiento de nuestra persona y la vida en general. Algo poco valorado en esta modernidad cargada de exigencias y velocidades que demasiado frecuentemente pierden en el camino los valores más profundos de los sujetos. Aprender es la mejor manera de transitar la vida por la vía de la máxima salud posible. Podemos decir sin temor a exagerar que es la entrada a una vida siempre mejor.

En nuestra página usted podra encontrar y bajar este pequeño texto donde entre otras muchas vemos al ayuno como una posible situación de aprendizaje.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

quisiera más información. Intentare bajar el trabajo de la página. gracias. Saludos

Anónimo dijo...

Felicitaciones al autor del blog. Una página con contenido interesantes./Lorena

Anónimo dijo...

Hola, Enrique.
Empecé mi camino con las plantas maestras hace un tiempo ya, me gustaría que publicaras tus comentarios sobre tu último viaje a Perú, el cual habías anunciado en tu pagina.
Soy periodista y comunicador. Hay mucha gente interesada en este tema en la Argentina?
La potencialidad de la dieta y los trances con ayahuasca son herramientas muy poderosas y de mucho poder de sanacion. Desafortunadamente hay mucha gente que mira estas practicas ancestrales con poco respeto y conocimiento.
Me alegraria muchísimo leer tus comentarios y experiencias. He visto que has estado en Honoria-Pucallpa el año pasado, donde el Maestro Juan Flores. Y este año, volviste donde èl?
Giancarlo Luna-Peralta

Enrique Tosto dijo...

Estuve en Perú todo el mes de enero y pase la mayoría de ese tiempo en la selva, allá en Pucallpa aprendiendo de las plantas maestras, de la vida, los chamanes y de mi, con Juan pase dieciséis días, allá en Mayantuyacu, antes estuve en San Franciscote Yarina o Yarinacocha. No creo que sea de utilidad para otros
En cuanto al "I Ching" he visto, a partir de mis experiencias allá y la de mi trabajo como médico, psicoanalista y homeópata que sigue buscando aproximarse a los secretos y la forma de ayudar a producir una cura. He visto, te decía, la importancia de "la visión". Algo que dicho así queda un poco enigmático, no pretendo eso pero estoy escribiendo al respecto y no es algo fácil de explicar ya que tiene que ver con los complejos fenómenos de la comprensión tanto como con los de poner en alto y buen funcionamiento al denominado sistema inmunológico al que prefiero llamar configuración celular de la identidad.
Podemos intentar mantener un intercambio referido al I Ching y a todas estas cuestiones a través del blog donde también te dejaré esta respuesta para ir armándolo. Desde ya es un gusto conocerte y que te sumes a este grupo disperso, si querés mandanos tu correo, simplemente registrándote en la página.

Anónimo dijo...

REVISTA ETIQUTA NEGRA, Lima.
Mayo 2006


Cartas desde el Ayahuasca
Escribe Miguel Ángel Cárdenas y Gabriela Wiener
Fotos Alejandro Balaguer
Cortesía de Fundación Telefónica

Descreído Miguel Ángel:
No quiero convencerte de nada, sino contarte la primera vez que tomé ayahuasca. Dicen que la primera toma suele ser dramática porque a veces te cambia para siempre. La dirigió Javier Zavala, un curandero mestizo que viaja con frecuencia de Tarapoto a Lima para guiar ceremonias de ayahuasca. No es tan simple. Me pidió que hiciera una dieta: tres días antes de la toma y tres días después hay que evitar carne de cerdo, grasas, ají, alcohol, drogas, pastillas y relaciones sexuales. Según los maestros, interfieren en la energía de la planta. La noche siguiente llegué hasta una casa en La Molina. El chamán fue dando una ración de ayahuasca a cada uno. Por casi dos horas no sentí nada. Antes que el ayahuasca entre en ti, los dolores de estómago son infernales. Algunos vomitan, otros no. Aunque estás con los ojos cerrados sigues percibiendo lo que te rodea.

De repente la incomodidad se convierte en paulatina calma. La sensación de paz es infinita. El bienestar es también físico, los músculos se relajan y los párpados caen como pesadas gotas. Pero sigues escuchando la lluvia, los pájaros, los cantos de los chamanes y los sonidos que hacen al lado tus compañeros. Nunca te has ido del todo. Si tienes miedo, puedes abrir los ojos y notar que el mundo está ahí. Es como soñar en plena conciencia. Pareces abandonar tu cuerpo, te viene una sensación de poderío y al mismo tiempo de enorme humildad. Un azul acerado precede las visiones. Luego se diría que bajan los espíritus.

Quizá la clarividencia o la telepatía puedan explicar la concurrencia de tus seres queridos, los vivos y los muertos, almas como tú con las que pareces arreglar asuntos pendientes durante la ceremonia. Los espíritus que te visitan pueden ser también presencias desconocidas, como duendes del bosque. Entonces no sabes si estás con los ojos abiertos o cerrados. Las visiones son lo más parecido a eso que Borges llamó el Aleph, un punto donde llueven imágenes continuas que resumen todo el universo, el personal y el cósmico, y que te conecta con el movimiento perpetuo, con todos los tiempos, con todo el conocimiento heredado genéticamente. Y entonces piensas que todo lo que predican los santones es cierto. Hasta que de pronto la estás escuchando por primera vez. El ayahuasca tiene una voz que responde a las preguntas que le haces y que por momentos se confunde con tu propia voz. Es una voz que puede ser muy dura para disciplinarte, pero luego te consuela de inmediato. Tal vez lo más asombroso de haber bebido el ayahuasca sea la intuición que uno siente de haber poseído LA VERDAD, con mayúsculas.

Uno despierta con la feliz impresión de saberlo todo, de haber sido testigo de lo absoluto. Y nadie te puede arrebatar esa rotunda convicción. Por eso hay quienes dicen que el estado de conciencia que produce el ayahuasca es el de un simulacro de la propia muerte, y de allí su nombre: soga de los muertos. Pero no tiene nada que ver con ese final que todos tememos. Uno descubre la muerte como la primera noticia fidedigna sobre el mundo que nos espera después de la vida y eso nos regocija. Cuando amanece y acaba la ceremonia, te sientes un ser humano de verdad. Dicen que tomar en la selva es otra historia. Ya veremos. ***


Querida Gabriela:
Beber para creer. He rebuscado mis libros de química y botánica. «Ayahuasca» es una palabra quechua que ha sido traducida como liana de los muertos, bejuco del alma o soga del ahorcado. En Colombia la llaman yagé y es un tallo que pertenece a la especie banisteriopsis caapi.

El ayahuasca es una corteza que crece en la selva del Perú, pero la bebida para su ritual no se extrae sólo del hervido de esta planta, sino de su combinación con una más: la chacruna. Dicen que el ayahuasca es la curativa y la chacruna, la visionaria. Me han contado que los chamanes hierven ambas plantas durante tres horas en una olla hasta que se forma una especie de chocolate amargo y espeso, y que luego lo cuelan y lo envasan en una botella. A la hora de la ceremonia, te sirven una copa. Antes recolectaba leyendas urbanas en torno al ayahuasca. Ahora estoy buscando fuentes científicas para no entramparme en supercherías.

Precisiones científicas: la banisteriopsis -es decir, el ayahuasca- no produce por sí misma el efecto de expansión de la conciencia. Tiene que ser combinada en estado de ebullición con otras cortezas que posean la potente sustancia del DMT (dimetiltriptamina), que es la que produce las visiones, y que por coincidencia es la misma sustancia que provoca el sueño nocturno en los seres humanos. La planta con DMT que se mezcla más con el ayahuasca es la chacruna que te mencioné. Hay un dato asombroso: desde hace más de dos mil años existen casi cinco mil posibilidades de combinación del ayahuasca con otras plantas como el toé, la coca y el piri-piri, para aumentar o disminuir determinados efectos ¿Quién explica cómo esos chamanes apartados durante siglos de la civilización, sin laboratorios ni formación bioquímica alguna podían conocer las propiedades moleculares más escondidas de las plantas? Quiero saber todo sobre el ayahuasca antes de viajar a Pucallpa. Ahí viven los shipibos, nativos de la Amazonía que tienen reputación de médicos.